Hoy, 29 de marzo, se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de Juan Miguel Echecopar.
“Juancito” fue una de las piezas claves del ascenso del Club
Atlético Douglas Haig en el año 1986, ese ascenso que logró con honestidad,
trabajo, dedicación y humildad. Su esposa Rosarito habló con El Blog Fogonero y
recordó cómo el entrenador fue construyendo el camino hacia esa gran hazaña: “Hacía
practicar a sus jugadores con lluvia, truenos o sol, y así fue como llegó la
tarde de Tandil en 1986, donde subieron a la B Nacional”.
Sencillo, cariñoso, familiero, buen hijo, padre, hermano,
amigo y esposo, son las virtudes con las que lo define su familia, que afirma
estar orgullosa de cómo lo recuerdan en las calles de Pergamino: “Todos saben
quién es Juancito. Él hacía todo de corazón y siempre con una sonrisa, por eso
no sólo nosotros sino todo el mundo lo extraña”.
En su honor, en septiembre de 2019, fue inaugurado
oficialmente el Boulevard Juan M. Echecopar, calle sobre la cual se ubica el
estadio Miguel Morales. Al emotivo evento asistieron sus familiares y
autoridades de la ciudad.
El pergaminense no sólo es recordado por la gente de su
ciudad natal, sino también por la de Estudiantes de La Plata, club donde
realizó las inferiores, tuvo su debut futbolístico, conquistó las Libertadores
de 1968, 1969 y 1970 y la Intercontinental del 68.
Luego de pisar fuerte en “el Pincha”, Echecopar se trasladó a
España, donde vistió las camisetas de Granada CF y Real Murcia, para luego
confirmar su retiro a los 30 años y retornar a Pergamino. “Cuando regresamos de
España fue porque él no quería jugar más. A los 30 años comenzó el curso de
Director Técnico en Granadero Baigorria”, relata su mujer.
Pero, sin dudas, su conquista más importante fue la de
instalarse en los corazones de cada hincha de Douglas o de Estudiantes y quedar
en el recuerdo de todos como un amante incondicional del fútbol y un ser
maravilloso.