Douglas Haig volvió a demostrar carácter, solidez y contundencia en el momento justo. En su visita a Bahía Blanca, el Rojinegro venció nuevamente a Olimpo y cerró una serie inolvidable: 6 a 0 en el global, marcador que le aseguró el pasaje a las semifinales de la Reválida del Torneo Federal A, instancia que define el segundo ascenso a la Primera Nacional.
El comienzo del partido tuvo un golpe inesperado para Douglas. Cuando apenas iban diez minutos, Gonzalo Baglivo —pieza clave en las últimas fechas— salió lesionado, obligando al ingreso de Lautaro Ojeda.
El dueño de casa intentó tomar la iniciativa, pero sus aproximaciones chocaron una y otra vez con su propia falta de claridad. La única acción realmente peligrosa llegó sobre el cierre del primer tiempo: un penal concedido tras un contacto de Mariano Mauri sobre Leandro Espejo. Enzo Coacci tomó la responsabilidad, pero Ezequiel Bacher se vistió de héroe y contuvo el remate. Esa atajada no solo cerró el capítulo inicial, sino que también reforzó la confianza del conjunto pergaminense.
Ya en el complemento, el equipo dirigido por Sebastián Cejas encontró el golpe que necesitaba para terminar de encaminar la tarde. A los 12 minutos, Santiago Gutiérrez definió para poner el 1 a 0, el mismo resultado que terminaría sellando la historia. Tras el gol, el encuentro se vio interrumpido por incidentes en la tribuna local: pirotecnia dentro del campo y simpatizantes trepados al alambrado obligaron a detener el juego por más de un cuarto de hora.
Cuando la pelota volvió a rodar, la tendencia no cambió. El Fogonero manejó los tiempos, controló los intentos desesperados de un Olimpo sin respuestas y cerró el partido con madurez. El local, golpeado desde la ida, nunca encontró los argumentos para revertir una serie que el Fogonero dominó de punta a punta.
Con oficio, orden y contundencia, el Milan de Pergamino se metió entre los cuatro mejores de la Reválida. Ahora, deberá medirse con Atlético Rafaela, que viene de dejar en el camino a Guillermo Brown y contará con ventaja deportiva y de localía, para seguir alimentando el sueño del ascenso.

